En 1939, la pena de muerte estaba vigente en Honduras. Ernesto Mejía Dormes, era un cuidadano más en la casi populosa Tegucigalpa de entonces. Cortejaba a la normalista Rosa Alpina Sánches Guevara, la cual lo rechazaba. Un día, Mejía Dormes en estado de celos, entró a la casa de la muchacha y la acribilló, dejando herida a la señorita Maximina Hernánsez, compañera de la occisa. Una vez capturado y juzgado, Mejía Dormes fue sentenciado a morir fusilado, en la Penitenciería Nacional. Estas imágenes, crueles y crudas en si mismas, recogen dicho momento.
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El condenado, ebrio, escucha al sacerdote |
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Los fusileros apuntan y disparan |
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Mejía Dormes yace abatido |
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Los testigos y el forense, buscan señales de vida o de muerte. |
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Familiares y amigos colocan el cuerpo en la caja mortuoria |
Agradecemos la colaboración del acucioso historiador yuscaranense, Héctor Cortés, al suministrarnos datos precisos sobre el heccho.
... Mejía Dormes yace abatido ?__ ( TERCERA FOTO) ahí, aun no le habían disparado.
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