sábado, 28 de diciembre de 2013

EL NUNCIO APOSTOLICO DE HONDURAS, JUAN SASTRE, 1883-1949






-


Nació este hombre cultivador de la fe, en Santa Eugenia, Mallorca, España, el 3 de mayo de 1883. En 1907, recibió ls órdenes sacerdotales y partió a Filadelfia, Estados Unidos. En 1924, fue nombrado Vicario de San Pedro Sula y ese mismo año, su rango católico,se elevó al de Obispo. Sastre fue clave para la fundación de los colegios sampedranos "María Auxiliadora" y "San Vicente de Paul", ambos de  tendencia  católica. También a él se debe el inicio de la Catedral de San Pedro Sula, obra que no pudo ver terminada, pues la muerte lo sorprendió el 23 de marzo de 1949.

DON PEDRO NUFIO Y EL SEMANARIO "EL PILOTO", DANLI, 1901






Bucólica fotografía del gran educador Pedro Nufio.






EL HUNDIMIENTO DEL PETROLERO HONDUREÑO FOUNDATION STAR, 1952.







martes, 17 de diciembre de 2013

PRESBITERO RAMON SALGADO







Nació en el pintoresco pueblo de Santa Lucía, Francisco Morazán, el 17 de octubre de 1902. Fueron sus padres, doña Genoveva Salgado y don Trinidad Valeriano.Al terminar sus estudios en el Instituto "San Miguel", entró al Seminario Diocesano, recibiendo las Sagradas Escrituras, el 14 de febrero de 1926. Fue párroco interino de Danlí y La Paz, en 1929, así como párroco de la Ctedral Metropolitana, en 1933. Su última función reconocida fue la de párroco de su ciudad natal, Santa Lucía.





El padre Salgado en San Antonio de Oriente.. Foto Mauricio Durón.

GRACIAS, LA CIVICA E INMORTAL CIUDAD.





1934





















Dramatizando la muerte de Lempira.









Inaugurando el busto de Lempira en Erandique

El autor agradece la grandísima ayuda del artista graciano Byron Mejía en la elaboración de esta entrada, al ceder las fotos para la misma.




lunes, 16 de diciembre de 2013

YUSCARAN VISTO POR CHRISTOPHER TALBOT
































































UN DOCUMENTO FIRMADO POR JUAN MANUEL GALVEZ, 1934








Juan Manuel Gálvez, ejerciendo sus funciones como Ministro de Guerra, Marina y Aviación, firma el documento que renueva la licencia de piloto al norteamericano Sumner B. Morgan, en 1934, quien ejercía esa función en Honduras.

El autor agradece la colaboración en esta entrada, al historiador y filatelista, Edgardo Alegría.

VICENTE MEJIA COLINDRES, SALUDA A SUS PARTIDARIOS, TEGUCIGALPA, 1929









Desde el corredor de su vieja casa en el Callejón del El Olvido, de Tegucigalpa, el presidente Vicente Mejía Colindres, saluda, exhibiendo la banda presidencial con que acaba de ser distinguido. Observénse el papelillo rojo y blanco en las paredes de la casa y la muchedumbre humilde que saluda al nuevo mandatario. Es el 1 de febrero de 1929.

El autor agradece al Licenciado Miguel Angel Izaguirre, su esfuerzo por ubicar los datos e identificar esta fotografía de mi archivo personal.

sábado, 14 de diciembre de 2013

UNA CURIOSA Y ORIGINAL FORMA DE FELICITAR AL CORONEL JOSE LEON CASTRO, GRACIAS, 1947









El General Castro con los firmantes de la nota en Gracias, 1947.




José León Castro, dirigiendo una práctica de tiro, en Gracias.


AGRADECEMOS EL ENVÍO DE TAN ORIGINAL DOCUMENTO, AL ARTISTA GRACIANO, BYRON MEJIA.

viernes, 13 de diciembre de 2013

MONSEÑOR ANGEL MARIA NAVARRO, 1870-1951






Nació este apóstol de la fe, en el municipio de Guarita, Lempira, el 2 de agosto de 1870, siendo sus padres Sixto Navarro y doña Juana de Dios Navarro. Hechos sus estudios primarios en su ciudad natal, pasó a El Salvador, donde coronó la Carrera de Bachiller, en 1895. Ingresó seguidamente en el Seminario Diocesano de Santa Tecla, donde recibió las órdenes sacerdotales, en 1899.
Su primera misión fue desempeñarse como párroco de Erandique, donde permaneció hasta 1907. En 1911, se le designó párroco de la ciudad de Gracias, donde permaneció hasta 1929, fecha misma que Monseñor Hombach, lo consagró Obispo de Santa Rosa de Copán, ciudad esta donde muriera el 31 de julio de 1951. Durante su mandato, se construyó la iglesia de San Marcos, en Gracias, la parte principal de la iglesia de San Sebastián, en la misma ciudad y el Palacio Episcopal de Santa Rosa de Copán. Tenía varias excentricidades, como  fotografiarse con perros o mascotas.

El autor agradece la colaboración para esta entrada, al artista graciano, Byron Mejía

DOS GRABADOS DE LA IGLESIA LA MERCED DE GRACIAS, LEMPIRA, SIGLO XIX






Grabado francés. Colección Byron Mejía.




Grabado estaunidense. Colección José González

TRES POSTALES GRACIANAS, circa 1940





Entrada al mercado municipal de Gracias, Lempira.




Panorámica de la iglesia de La Merced, Gracias, lempira.




Obelisco eregido en el parque de Gracias.
El responsable de estas tres bellas fotos, coloreadas a mano y todas con paísaje humano, se llamó E. P. Castellanos, fotógrafo itinerante que se movía el el occidente y centro del país, pues fotos de él se han encontrado también en Comayagua y La Paz. Por su apellido, parece ser que era originario de Santa Bárbara.
El autor agradece la colaboración para esta entrada, al artista graciano, Byron Mejía.

RECUERDO DE LA REVOLUCION DE 1919






Este documento, quizás único en su género hoy en día, le fue extendido al señor Juan Carrasco h, causando la baja del mismo. En el mismo se hace mención de los militates J. Inés Pérez y de José Ernesto Alvarado, de reconocido accionar  en la historia militar del  país.
 El autor agradece a Guillermo Mahchi, su colaboración en la elaboración de esta entrada.

jueves, 12 de diciembre de 2013

ILUSTRES GRACIANOS: MARCO ANTONIO BATRES.






Marco Antonio Batres y su esposa Esther Galeano, 1931

Nació en Gracias, Lempira, el 10 de junio de 1902. Fueron sus padres, César P. Batres y doña Martina Cruz. Después de cursar sus estudios primarios en su ciudad natal, los continuó en el colegio graciano "Ramón Rosa", en el colegio "La Independencia" de Santa Bárbara, culminándolos en el colegio "Alvaro Contreras" de Santa Rosa de Copán, donde se graduó de Bachiller en 1923. Una año después pasó a realizar estudios de Leyes en Guatemala, obteniendo su título de Abogado en 1927.
Al volver a su país, fie incorporado a la Facultad de Derecho de la entonces Universidad Nacional. Fue nombrado Juez de Letras en Gracias y Director del colegio "Ramón Rosa". En 1932, fue electo Diputado al Congreso Nacional. Fue Secretario de la Asamblea Nacional Constituyente de 1936. Otros cargos fueron: Fiscal General, Embajador en El Salvador y en el gobierno de Juan Manuel Gálvez, ocupó el Ministerio de Hacienda. El 25 de diciembre de 1930, se casó con la bella graciana Esther Galeano, con la cual tuvo 3 hijos: Angel Antonio (foto), César Augusto y Sidalia.
El autor agradece la colaboración en esta entrada al artista graciano Byron Mejía.

lunes, 9 de diciembre de 2013

MANUEL COLINDRES GRADIZ, UN ESTADISTA OLVIDADO







Oriundo del mineral de Yuscarán en 1832. Desde muy joven tomó parte del engranaje estatal, fungiendo en cargos de gran importancia. como Ministro de Hacienda, en 1860 y Ministro de Guerra, en 1876. Además, ejerció como Ministro de Relaciones Exteriores, de 1863 a 1872. Fue, además, un hábil diplomático. Se casó en Comayagua, con doña María Luisa Boquín. Fue el padre de varios hijos, entre ellos, Rómulo, que fue uno de los doctores que atendió en su lecho de enfermo, al General José Trinidad Cabañas. Se graduó de Abagado, en nuestra Universidad Central, en 1851. Fue el primer Gobernador del departamento de La Paz, donde murió el 2 de julio de 1893.

CAMILO RIVERA GUEVARA, UN GRAN MUSICO OTOREÑO







Camilo Rivera Guevara (18878-1955). Foto Evelio Inestroza







Don Camilo

Don Camilo Rivera Guevara nació en Jesús de Otoro, Departamento de Intibucá, el 21 de julio de 1878, para convertirse en uno de los más ilustres hombres que ha producido la tierra intibucana y nuestro país. A pesar de haber venido al mundo en un pueblo rural y con un casi nulo desarrollo cultural, Don Camilo supo aprovechar al máximo los conocimientos adquiridos en la vieja escuela primaria de su tierra natal, demostrando, desde entonces, sus grandes cualidades intelectuales y su amor al estudio y la sabiduría. Sus padres, Don Guillermo Rivera y Doña Teresa Guevara, eran dos humildes ciudadanos que se esforzaron por encauzar adecuadamente las inquietudes de su hijo.
Dadas las adversidades que para la juventud había en casi todos los pueblos de nuestro país, Don Camilo no pudo asistir a un colegio de segunda enseñanza, pero esto no impidió para que, una vez situado en el abrevadero intelectual de los libros, pudiera desarrollar una extraordinaria intelectualidad que se puso al servicio de la patria y del engrandecimiento de su patrimonio cultural.
Don Camilo supo destacarse como uno de los más extraordinarios músicos y filarmónicos de nuestro país, habiéndose desempeñado como maestro en los establecimientos de enseñanza primera y media para transmitir a la juventud hondureña el bello arte de la música.
Las circunstancias en que Don Camilo llegó al dominio del arte musical son realmente interesantes, porque contrastan con la realidad actual. Según José Nery Fiallos, en su libro APUNTES HISTÓRICOS DE JESÚS DE OTORO, siendo alcalde municipal de Jesús de Otoro don Antonio Salazar, éste se interesó por dotar a su pueblo de una banda musical, habiendo seleccionado, entre otros, a Camilo Rivera Guevara, a Mariano Guevara, a Céleo Salvador Medina y a Adán Canales para integrar el conjunto, el cual estaría bajo la dirección de don Florencio Reina, proveniente de Santa Rosa de Copán. Cuando la banda había realizado algunos progresos, el gobernador político de Intibucá, con sede en La Esperanza, don Daniel Orellana, la invitaba con alguna frecuencia a dar conciertos en el parque de la cabecera departamental pero, para dotarla a la Esperanza de aquél  conjunto musical, el gobernador político tomó la decisión de reclutar a los integrantes de la banda trasladándolos militarmente, con todo y sus instrumentos, y obligándolos a permanecer en el servicio activo militar por algún tiempo, hasta que algunos optaron por desertar, quedándose en el cuartel solamente el director de la banda que para entonces era ya Don Camilo, quien, desde esa fecha, se quedó a vivir allí.
Don Camilo se desempeñó como director de la Banda Militar de la Esperanza, hoy desaparecida con el progreso, como director de la Banda Militar de Amapola, director de la Banda Militar de Gracias, director de Banda Militar de San Pedro Sula, director de la Banda Militar de Santa Rosa de Copán, oficial mayor, con funciones de sub director, de la Banda de los Supremos Poderes, inspector de Música de las Escuelas primarias del departamento de Intibucá y profesor de música en los Institutos José Trinidad Reyes, de San Pedro Sula, y Departamental del Occidente de la Esperanza.
Como maestro siempre supo transmitir su conocimiento musical a los jóvenes estudiantes, habiendo organizado, con ellos, pequeñas orquestas de cámara con las cuales interpretaba, en conciertos públicos, obras de los autores inmortales de la música, otras de compositores hondureños y centro-americanos y sus propias composiciones.
La alta formación intelectual y patriótica de Don Camilo lo llevó a polemizar públicamente a través de los periódicos de la época sobre la pureza del Himno Nacional, la que defendió hasta su muerte, acaecida en La Esperanza, cuando tenía 77 años de edad, dejando, a las generaciones jóvenes, un ejemplo de tenacidad y alto esfuerzo.
Trabajaba, en La Escuela Esteban Guardiola, de La Lima y, mientras revisaba los libros que ahí había coleccionado amorosamente Don Ibrahim Gamero Idiáquez, me encontré con un volumen escrito por un musicólogo ruso que realizó una gira por América Latina, por encargo de la Casa Editora de Música de Philadelfia[1]; en este panorama de la música latinoamericana, en el apartado dedicado a Honduras, se resalta el nombre de Don Camilo, como uno de los compositores hondureños más serios. Muchas de sus obras fueron recopiladas por este musicólogo y se encuentran archivadas en la musicoteca de esta casa norteamericana de Philadelfia, en donde podríamos, los hondureños, obtener copias, no sólo de los trabajos musicales de Don Camilo, sino de los demás compositores hondureños seleccionados en ese Informe. Otras obras de Don Camilo anduvieron bajo el brazo de su hijo Alfredo, también talentoso ejecutante del violín y compositor de bellos valses, como el que le oí: A Lucila.
Actualmente hay una biblioteca con su nombre en el Instituto Departamental de Occidente, de La Esperanza, pero su obra es desconocida porque, gracias a la penetración cultural a la que estamos sometidos, nos hemos olvidado de nuestros valores patrios para sustituirlos por otros que no tienen nada que ver con nuestra historia, nuestra cultura y nuestra idiosincrasia.
Ahora en La Esperanza, aquel hermoso conjunto que ejecutaba música selecta a los habitantes de esa ciudad ha desaparecido, ha sido sustituido por las “disco móvil”, a pesar de los grandes esfuerzos que hoy realiza, como un redivivo Quijote, un valioso hombre de la tierra intibucana, el Ingeniero y maestro Dagoberto Napoleón Sorto Cisneros, quien ha librado, con grandes esfuerzos y con altos y bajos, organizar un conjunto llamado Camilo Rivera Guevara, que ya ha provocado, en muchas ocasiones, el deleite de los habitantes de La Esperanza y una remembranza de los viejos tiempos en lo que, con su batuta, Don Camilo dirigió su orquesta y engrandeció, con su música, a Honduras.
Víctor Manuel Ramos. Tiempo, 8 de octubre de 1988

jueves, 5 de diciembre de 2013

CABALLEROS DE LA REVOLUCION, 1924






Generales Francisc Martínez  Fúnez y Alvaro Pérez Estrada, 1924




MATRICULA EN EL COLEGIO TRIDENTINO, COMAYAGUA, 1875






DARIO GONZALEZ CACERES, CRONISTA OFICIAL DE DANLI






Foto, Arturo Sosa, 2006

Acumula libros y el viejo polvo de la historia. Conoce pulgada por pulgada, los recovecos de la historia de Danlí y sus grandes hombres y mujeres. Escribe desvelado, pero con el alma despierta. Nunca se cansa ni se da tregua. Para él, hay que contarlo todo, escribir en páginas blancas, el pasado que lo acecha.  Salud al Maestro, al amigo gentil.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

EL DRAMA DE MOROS Y CRISTIANOS EN CATACAMAS, OLANCHO, 1967




En algunos lugares del país, se escenificaba el drama popular "Moros y Cristianos", que narra la lucha por los cristianos españoles por desterrar de sus dominios a los moros invasores. En Catacamas, este drama se llevaba a cabo en el mes de septiembre de cada año. A diferencia de otras escenificaciones del drama, aquí ambos bandos, iban montados a caballo, mostrando sus armas de pelea. En 1967, fue el último año que el drama se esceneficó. Las fotos, son el mudo testimonio de una tradición más que se pierde en el país, sobe todo en su interior.




Los cristianos, montados a caballo




Los moros, con su estandarte.