jueves, 27 de octubre de 2016

LOS GENERALES DE DIOS, 1914








Foto E. Shwimmer.




No fueron de Dios ni de los hombres, fueron de la muerte. Fueron hombres de su tiempo que crecieron entre la pólvora de las batallas y las trincheras ensangrentadas. Pelearon siempre bajo un ideal de libertad y creyendo en esa libertad encontraron la muerte. Murieron de cara a la muerte, sin esconder su cuerpo a las balas enemigas. Dejaron sus últimos despojos en el suelo árido de la batalla última de sus vidas, en el sur de Honduras: Lizapa, Namasigue y El Aceituno. En 1914, los Diputados del Congreso Nacional, elevaron al cívico presidente de entonces, Dr. Francisco Bertrand Barahona, una solicitud con el fin de que se exhumaran sus restos y fueran traídos e inhumados para la eternidad, en el Cementerio General de Tegucigalpa y Comayagüela. La petición fue escuchada sin reservas y se dio a la tarea de localizar los restos de cuatro Generales caídos en diferentes batallas: Florencio Tejada Reyes (23 de febrero de 1873 – 22 de marzo de 1907) caído en la batalla de Lizapa; Sotero Barahona (22 de abril de 1862 – 22 de marzo de 1907), caído también en Lizapa; Pilar M. Martínez (12 de octubre de 1856 – 18 de marzo de 1907, caído en Namasigue y Francisco Soriano (5 de marzo de 1873 – 24 de junio de 1903, caído en El Aceituno. Una vez exhumados sus restos, fueron traídos a Tegucigalpa, haciendo una parada para recibirlos, en la hacienda “La Morena”, localizada a 20 kilómetros de la capital hondureña. (ver fotografía). Al llegar a la capital, los restos estuvieron en capilla ardiente en el salón de sesiones del viejo Palacio Legislativo y fueron sepultados con gran solemnidad en el Cementerio General, el lunes 13 de abril de 1914. Llevaron la palabra las siguientes personas: Rómulo Ernesto Durón, por el Poder Ejecutivo; Froylán Turcios, por El Ateneo de Honduras; el Gral. Calixto Marín, en nombre del Ejército y el Gral. Julián López García, en su propio nombre. En el campo santo, el gobierno levantó un sencillo pero significativo monumento.

NOTA. Lizapa es una aldea de Maraita, Francisco Morazán.



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